OBJETIVO > Amonestaciones por dirigirse o protestar decisiones arbitrales = cero (0)
Muchas veces lo que llegamos a considerar un error no lo es, y se trata de un fallo de apreciación o interpretación por nuestra parte, pero aun siendo un error, nadie es ajeno a él y menos en fútbol. Por ello, perseguirlo y quejarse ininterrumpidamente es una práctica tóxica e innecesaria. Para demostrarlo y proponer otro tipo de actitud y actividades durante la observación o práctica del fútbol nos apoyaremos en algunas ideas del psicólogo Daniel Kahneman.
Recordemos, tengamos claro y siempre presente que en fútbol el árbitro debe tomar decisiones rápidas y generalmente con incertidumbre o seguridad no plena. En el arbitraje las decisiones se basan en juicios certeros (cercanía, proximidad, visibilidad óptima y concentración) o juicios intuitivos (me lo parece, es una falta típica, es un defensa….). Si asociamos el posible error a las decisiones por juicio intuitivo, podríamos situarnos en un 50% de errores en un partido, obviamente esto no es real, porque los juicios intuitivos, bien por azar, bien porque el error pase desapercibido o por la experturía del sujeto en dicha actividad, al final se produce una rebaja considerable de dicho porcentaje, pero aun así podríamos situar el error entre un 10% y un 30%. Con esto no queremos significar que los árbitros sean malos profesionales, sino que por las características del fútbol e independientemente de su estado físico, experturía y capacitación, siempre cometerán errores, por ello nuestra actitud siempre debe ser la de facilitarles su trabajo, propiciando un estado de ánimo que les lleve a desarrollar su labor de forma óptima, situando el error en su tope mínimo. Por ello y como resumen, proponemos:
- Comprender y aceptar el error arbitral, reflexionar sobre el texto presentado. Facilitar la labor arbitral para que cometa los menos errores posibles.
- Apostar por el silencio, bloquear el acto de dirigirse al árbitro, y hasta que se consiga, en ese tránsito, limitar las comunicaciones y siempre dirigirse con respeto y sin reiteración.
- Proteger a los compañeros oponiéndose a su protesta. Aproximaros, llamar su atención, alejarlos, intentar que hablen con vosotros...